lunes, mayo 30, 2011

15M: confusión y consenso de mínimos (I)

Estos días distintas voces alertan sobre la importancia de concretar cuanto antes las reivindicaciones del movimiento 15M en un consenso de mínimos. Sin embargo otras voces llaman a no precipitarse y a recordar que se hace camino al andar, y para no excluir a nadie y hacerlo bien, se requiere tiempo y diálogo.

Yo al menos en una semana he pasado de temer por la volatilidad de todo esto, a darme cuenta de que empieza a dibujarse una estructura y una forma de trabajar que arroja avances clarísimos, como prueba la excelente organización de la asamblea de Sevilla del pasado sábado 28/05; o el éxito de la manifestación del 29M en Sevilla con una fluencia de 20.000 personas (enlace), o de 5.000 según el Diario de Sevilla (enlace) o de 3.000 según ABC (enlace); o la primera reunión nacional con delegados de 30 ciudades sobre la que pronto nos llegará algún resumen; o las protestas reflejo de Atenas (más de 30.000 personas en el 5º día) y París entre otras. Comprendo ahora que no tenemos tanta prisa, y menos aún si la prisa supone debilitarnos.

En resumen encuentro yo dos perspectivas principales:
(A) Consenso de mínimos ¡Ya!
(B) Consenso de mínimos sí, pero consenso de verdad y sin descafeinar.
Para no extenderme mucho trato de recoger aquí algunas voces de la primera perspectiva, y dejo para la próxima entrada los argumentos a favor de la segunda y las primeras conclusiones.

(A) Consenso de mínimos ¡Ya!

Listo aquí 5 argumentos a favor de esta perspectiva (A), todos a mi parecer bastante lógicos, pero que como explicaré en el próximo post quizás no resistan un segundo análisis de mayor profundidad.

  1. Implicar a una base mayor de la ciudadanía en la medida que los puntos más polémicos se dejen a un lado;
  2. Demostrar que el movimiento 15M, a pesar de su heterogeneidad y su horizontalidad, tiene capacidad de tomar decisiones y marcarse objetivos consensuados y realistas a corto y medio plazo;
  3. Disipar el miedo a que las acampadas decaigan antes de tener objetivos consensuados que permitan dar continuidad a la protesta;
  4. Poder comenzar a trabajar y dialogar con la sociedad y el gobierno sobre cómo materializar dichos objetivos;
  5. Alcanzar un primer triunfo que no sólo refuerce la moral y la confianza del movimiento 15M, sino que convenza a sectores incrédulos de la sociedad.


Sé que me dejo muchos argumentos fuera, en parte por falta de tiempo y por el ritmo al que se está desencadenando todo, y en parte por la saturación de mensajes, canales y fuentes entorno al 15M (mensajes que en ocasiones incluso resultan contradictorios). Por mi parte sólo trato de aportar mi granito de arena dentro de este totum-revolutum de información, para hacer por comprender lo que está pasando y poder apoyar con más acierto.

¿Por qué insisto en comprender y reflexionar? Porque veo una acogida extraordinaria del movimiento, escucho a personas que inspiran con cada palabra, leo pancartas y manifiestos que te despiertan y te llenan de esperanza, pero también me ahogo a ratos en la confusión, provocada o no, y me entra cierto vértigo ante las manipulaciones que alerta la propia #democraciarealya, la izquierda, la derecha y algunos periódicos, no sé hasta que punto todas son ciertas. Creo que cuanto más seamos los que reflexionemos sobre el rumbo que está tomando esto, en mejor disposición estaremos de evitar cualquier manipulación interesada que pueda desvirtuar este movimiento.

Así que os pido por favor que dejéis en los comentarios cualquier punto que pueda aportar a esta semilla de reflexión conjunta. Esto ya ha empezado.

Como decía más arriba, continuamos en la próximo entrada. Gracias.


3 comentarios:

Berta dijo...

Gracias Óscar por tu post. Hace días que dos de las palabras que has incluido en el título “consenso” y “confusión”, relacionadas con el movimiento 15M –en el que creo firmemente–, me tienen absorbido el pensamiento, robando gran parte de mi tiempo de ocio, de sueño, etc. Por un lado porque existe una “confusión” total y absoluta en todo lo que rodea a algo tan novedoso e inesperado como este alzamiento del pueblo, alimentada por la manipulación informativa, los intereses partidistas y la propia desconfianza del ciudadano enseñado y programado para desconfiar de todo y de todos. Por otra, porque lograr el “consenso” no es tarea fácil, y para comprobarlo no hay nada mejor que intentarlo, proponérselo, como se está haciendo desde el 15M a través de los procesos asamblearios que se suceden, casi a diario, en muchas ciudades españolas. ¿Nos quedamos con un consenso de mínimos o aspiramos a más? ¿Seguimos manteniendo las acampadas, o las levantamos y continuamos trabajando a partir de comisiones de barrios y pueblos y asambleas semanales? ¿Aceptamos una comisión de feminismo que vele por el correcto uso de los /as en todas las palabras o rechazamos su existencia, en pro de centrar las fuerzas en una lucha común, con el riesgo de ser considerados antidemocráticos? ¿Rechazamos la existencia de “líderes” o portavoces, porque tememos jerarquizarnos o comprendemos la inevitable existencia de intermediarios o “caras visibles”? ¿Nos conformamos con votar a mano alzada en las asambleas o instauramos un proceso de voto secreto a través de urnas con previo proceso de reflexión? ¿Votamos si votamos y cómo votamos?... Estas no son más que algunas de las preguntas de las muchas que se repiten constantemente, haciendo a los participantes cerrarse en bucle, y generando una oleada de crispaciones, egos y, a veces, falta de respeto, que amenaza seriamente el espíritu de democracia real que todos alentamos. ¡Vaya “confusión” genera esto del “consenso”! ¿Será que la democracia a la que aspiramos no es tan fácil y que esto de crear un mundo mejor se torna en un proceso difícil que puede dejar/nos a muchos en el camino?

En mi opinión tendríamos que alejarnos de excesivas pretensiones y aprovechar la fuerza del pueblo unido que ayer erizó la piel de Sevilla, para demostrar a los que lo han estropeado todo que nosotros ¡sí podemos! Y considero que esto solo será posible si, alejados de toda vanidad y pretensión particular, sabemos poner nuestras habilidades personales al servicio de la lucha común; conseguimos fijar un procedimiento de democracia participativa que permita representar de la mejor forma posible las opiniones, mientras se sientan las bases de una verdadera ¿utópica? democracia directa; y nos centramos en unos puntos básicos que aúnen lo fundamental de nuestras reivindicaciones, siendo fácilmente traducibles y asimilables por el pueblo llano... Eso sí, para empezar, que el movimiento se demuestra andando y ya tendremos tiempo para, sobre unas bases sólidas y fuertes, ir construyendo el castillo todo lo alto que nos sea posible.

Perdón por los posibles errores, estoy que me caigo, ¡malditos ladrones de sueño el "consenso" y la "confusión"! ;-)

felix_velazquez dijo...

Buen Post!!

Yo el factor común que veo entre lo que yo pienso y la gente que que está indignada (vaya o no a la plaza) es algo así:

a) Nuestro sistema económico no está bien

b) Nuestro sistema político se subyuga al poder económico

c) El sistema electoral impide la llegada de alternativas a los actuales poderes políticos

d) Estos hechos nos indignan y estamos demostrando que un número significativo de personas pueda movilizarse

Yo me concentraría en esto, distribuiría el mensaje y dejaría que las fuerzas políticas vayan haciendo proposiciones formales

Si se quiere refinar, surgen ramificaciones que desgastan el movimiento. Por ejemplo en el panfleto que me dieron en la plaza hablaban de que se había "consensuado" una serie de medidas que incluían (en mi opinión) auténticas bobadas.

Hay que lanzar el mensaje simple (que en realidad no es tan simple) y ayudar a propagarlo con las siguientes medidas:

Comentar en los foros, quedadas y entorno laboral, simplemente dar la opinión de uno brevemente y sin enfrascarse en discusiones dialécticas violentas contraproducentes

Enviar enlaces de post y comentarios interesantes a amigos/familiares/colegas, compañeros de trabajo, si has ido a una protesta y has grabado fotos o vídeos enséñalos, pero sin hacerse profeta porque si no será contraproducente.

Facilitar el acceso a la información. Si la gente no sabe usar el twitter (yo todavia no se) que se lo explique a los demas...

Oscar dijo...

Gracias @Berta y @Félix por vuestros comentarios.

Estoy muy de acuerdo contigo en Berta en centrarnos sin pretensiones en mejorar de momento la democracia que tenemos, haciéndola más participativa, sabiendo que es un peldaño hacia una democracia directa real.

Al mismo tiempo habría que buscar soluciones o respuestas o por lo menos preguntas y reflexión para el problema económico. Desempleo, desahucios y pérdida de derechos son problemas que afectan a muchísimas personas a un nivel básico casi de supervivencia. En muchos casos son familiares, amigos y vecinos, y son personas que esperan también una respuesta del 15M.
Creo yo que el movimiento avanzará orgánicamente por varios ejes, como una mancha de aceite creciente, y uno de los principales ejes será esa vía de mejora democrática.

Félix, son esos tres puntos también para mí la esencia de la indignación (problema económico, problema político, carencias del sistema electoral), ocurre que en un movimiento tan amplio hay cientos de respuestas a cada uno de esos problemas, y es prácticamente imposible ponerse de acuerdo, sobretodo porque nadie tiene con certeza una solución *practicable*.

Imagino yo que en la realidad, más que todo el 15M avanzando alineado tras una punta de flecha, se avanzará más como un hormiguero, donde cada grupo de hormigas busca en un sentido cómo dar respuesta (o cómo sobrevivir) a cada uno de esos tres problemas.

Diseminar información e iniciativas por las vías que dices es en sí es un primer paso importantísimo dado que mucha gente no está informada y mira con recelo todo lo que está ocurriendo.

En mi opinión además serán tiempos donde además tendremos que atrevernos a actuar, e iremos viendo quiénes tienen el compromiso y el liderazgo de llevar esas ideas a la práctica en grupos relativamente pequeños de personas; y veremos quiénes tienen la capacidad de hacer llegar las iniciativas que funcionen a grupos cada vez mayores, y de implicarlos; y veremos quienes recogen el relevo y reimpulsan esas iniciativas para mantener en el tiempo esa implicación.

Creo yo que lo que necesitamos es mucho liderazgo y cuanto más distribuído mejor, pienso yo.

Gracias por vuestra aportación!